El jugador legendario de los Heat, recientemente retirado de la NBA, ha hablado sobre sus etapas doradas en la franquicia de Florida
Ya han pasado exactamente 4 meses desde que Miami Heat no lograra clasificarse para los playoffs de la NBA, y por tanto, se produjese la retirada definitiva de Dwyane Wade como jugador de baloncesto profesional.
Wade dejó tras de sí uno de los mayores legados que un jugador puede dejar en una franquicia de la liga. Los aficionados de los Heat siempre le recordarán por todo lo que logró allí, sobre todo los anillos de 2006, 2012 y 2013.
En todos ellos, Dwyane estuvo acompañado por una o varias estrella de la NBA (en 2006 por Shaquille O’Neal, y en 2012 y 2013 por LeBron James y Chris Bosh). Sin embargo, en unas declaraciones recientes, cuenta que él no convenció a ninguno para jugar con él, sino que fueron ellos los que acudieron a la llamada de Miami:
“Nunca he tenido la necesidad de intentar atraer a algún jugador a Miami. No tuve que traer a Shaq, él vino solo. No tuve que convencer ni a LeBron ni a Chris, la idea de que jugáramos los tres juntos provocó que vinieran ellos”.
“Obviamente si alguno me preguntaba acerca de ello, les iba a hablar de las ventajas que suponía venir aquí. Pero definitivamente nunca he tenido que traer a alguien. Creo que eso es un debate que surge en las redes sociales y no debe salir de ahí. Todo esto es muy gracioso para mí”.
La verdad es que Dwyane Wade está muy acertado con sus palabras. Miami Heat es una de las franquicias con uno de los mercados más grandes de la liga. El estilo de vida que hay allí, la falta de impuestos sobre la renta… Todo hace de Miami un gran lugar en el que desarrollar la carrera de un jugador.