Antoine Walker, poco antes de cumplir los 20 años, ya había ganado un campeonato de la NCAA y había sido elegido por los Boston Celtics en el ‘draft’ de la NBA de 1996 como número uno. Posteriormente se consagró como una gran estrella de la liga profesional estadounidense, logró ser campeón de la NBA con Miami Heat en 2006 y fue elegido para el All Star Game en tres ocasiones.
Walker cobró un total de 108 millones de dólares durante su carrera en la NBA, pero lo perdió todo y se declaró en bancarrota en 2010, es decir, sólo cuatro años después de ser campeón de la NBA y dos años después de su retirada como jugador.
¿Cómo es posible perder tal cantidad de dinero y arruinarse en tan poco tiempo? Walker, que ahora tiene 43 años de edad, lo explica en unas declaraciones a CNN Money.
Una de las razones es que al empezar a cobrar esos cheques millonarios, Walker, que procede de un entorno muy humilde en un barrio de la ciudad de Chicago, se instaló en una vida de lujos, comprando coches, joyas y casas. “Creé un estilo de vida muy caro”, explica. Walker quiso que su familia y sus amigos fueran también ricos y explica que dio dinero o regalos a unas 30 personas. “Les di todo lo que querían y los malacostumbré. No puedes hacer eso. Acabé siendo una especie de cajero automático”, apunta.
“Me pilló la crisis económica”
Walker asegura que perdió grandes sumas de dinero por su afición al juego y las apuestas, pero afirma que la razón principal de la bancarrota fue la crisis económica que se vivió en Estados Unidos y que arrasó con su empresa, Walker Ventures, dedicada a la inversión inmobiliaria. “Nos pilló la crisis y los bancos querían recuperar su dinero”, explica.
Tuvo que declararse en bancarrota en 2010 y finalmente evitó acabar en la cárcel, pero tuvo que devolver alrededor de 20 millones de dólares a diferentes entidades bancarias.
Walker está trabajando ahora en un proyecto para aconsejar a futuras estrellas del deporte y está preparando un documental que lleva por título ‘Gone in an Instant’ (‘Perdido en un instante’) y que trata sobre ese peligro de perder el dinero de forma rápida. Walker tiene dos recomendaciones para los jóvenes que de repente son millonarios: “Prepárate para usar la palabra ‘no’ muchas veces y piensa en el futuro, no sólo en el aquí y ahora. Mi historia es triste y es triste ver a otros chivos trabajar duro y perderlo todo en dos o tres años”.