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HISTORIAS: Pascal Siakam el Sacerdote

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Desde que su padre muriera en 2014, Pascal se había marcado como objetivo cumplir su sueño: jugar en la NBA. Para ello tenía claro que el único camino pasaba por el trabajo y el esfuerzo constante, diario, casi ininterrumpido. Christian se había mudado con él a Toronto cuando los Raptors le habían drafteado y se aseguraba de que su hermano siempre tuviera lo que necesitaba y era el único capaz de hacerle desconectar del baloncesto cuando hacía falta. Pero esa noche Pascal quería seguir trabajando, quería recuperar su puesto de titular y demostrar que no era más que un lienzo en blanco con un enorme potencial por descubrir.

CURA O FUTBOLISTA

Pascal Siakam nació en Douala, Camerún, un 2 de abril de 1994. Junto a tres hermanos y dos hermanas, Pascal era el hijo de Tchamo y Victorie Siakam, el alcalde del municipio camerunés de Makénéné y la dueña de un negocio de venta al por menor. Tchamo siemrpe soñó con que alguno de sus hijos jugase algún día en la NBA, más que por la fama o l éxito, por asegurarse de que todos ellos tuvieran un gran futuro, lejos de Camerún. Pascal en cambio, siendo el más pequeño de los cuatro chicos, prefería el fútbol y soñaba con ser como su ídolo, Samuel Eto’o, en vez de jugar con la pelota naranja.

Eventualmente, sus tres hermanos marcharían a Estados Unidos, para estudiar y jugar a baloncesto en la NCAA: Boris, el mayor, jugó en Western Kentucky, Christian lo hizo en Indiana University y James, que solo tenía dos años más que Pascal, lo hizo en Vanderbilt. A los 11 años, el padre de Pascal decidió enviarlo a estudiar al seminario, un horrible lugar, estricto cómo pocos y muy duro, tal y como contaban sus hermanos. La idea de Tchamo era que Pascal se convirtiera en sacerdote y por tanto cursara los estudios religiosos.

Pascal aborrecía el seminario. Echaba de menos a su familia, jugar a fútbol con sus amigos y no conseguía acostumbrarse a tener que hacer él todas las tareas sin apenas ayuda. Sus notas en cambio eran excelentes y el director de la escuela recuerda que Pascal era un estudiante ejemplar. En 2011, un año antes de graduarse en el seminario, sucedió algo que cambiaría el futuro de Siakam. Pascal aprovechó las vacaciones para ir con un grupo de amigos a uno de los campuses que la NBA organiza en África, Basketball Without Borders. En dicho campus estaba Luc Mbah Moute, jugador camerunés de los Houston Rockets (entonces en Milwaukee) que quedó impresionado con las condiciones físicas de ese joven alto y largilucho.

Pascal no sabía jugar a baloncesto pero sus aptitudes eran innegables y la voz empezó a correrse entre los organizadores. Sin saber cómo, Siakam obtuvo una invitación para acudir el año siguiente a otro evento similar en Sudáfrica. En un principio pensó en ignorar la invitación y quedarse en casa pero su hermana mayor, quien le había acompañado durante las primeras noches solitarias en el seminario años atrás, vivía en Sudáfrica y hacía años que Pascal no la veía así que decidió aceptarla e irse a la aventura.

En Sudáfrica conoció a Luol Deng y Serge Ibaka, dos estrellas NBA que también venían del mismo continente que él. Ahí es cuando se dio cuenta de que si trabajaba duro y se esforzaba, el sueño era posible. Ibaka y Deng habían tenido que superar cientos de obstáculos y adversidades pero habían llegado a la NBA y él también iba a hacerlo. El fútbol pasó a ser secundario y el baloncesto se convirtió en su estilo de vida. En el campus volvió a asombrar y muchos ojeadores de escuelas americanas quedaron sorprendidos por las capacidades de ese adolescente que apenas llevaba un año y medio jugando. Uno de ellos le ofreció mudarse a Lewisville, en Texas, y unirse a una prep school llamada God’s Academy.

Pascal no hablaba inglés pero con la ayuda de su padre y de sus hermanos, que ya jugaban en Estados Unidos, investigó todo lo que pudo sobre God’s Academy. Tchamo Siakam decidió empujar a su hijo a dar el salto y aunque estuviera tan lejos de casa, Pascal decidió atreverse y perseguir el sueño que desde entonces él y su padre compartirían: llegar a la NBA.

EL NUEVO CHICO DE ÁFRICA

La adaptación a Estados Unidos fue complicada. Su físico y atleticismo, que habían servido como herramientas principales para deslumbrar en la cancha, no le servían en God’s Academy. Todos sus compañeros eran altos, todos eran rápidos y todos destacaban por algo que Siakam no tenía: habilidad. A parte de la cultura, el idioma o la comida, Pascal se sintió perdido en el único sitio que podía recordarle a casa, en la cancha. Sus compañeros no paraban de reirse de él y su horrible control de balón o su mecánica de tiro, hasta que Pascal dijo basta. Tras dos meses en Texas se dijo a sí mismo que había aguantado suficiente. Empezó a trabajar día y noche en el gimnasio y en la pista por su cuenta con la intención de mejorar y darles su merecido a los que dudaban de él.

En la Universidad Uno de los compañeros de Siakam se lesionó al poco de empezar la temporada y Pascal aprovechó la ocasión para disputar muchos más minutos de lo que hubiera esperado en su primera temporada. 13 puntos 7.7 rebotes y un 57% de acierto en tiros de campo le valieron el premio al Mejor Freshman del Año en la Western Athletic Conference y un puesto seguro en el equipo de cara a la siguiente temporada. Todavía no quería saber nada de la NBA, Siakam quería seguir trabajando y volver con los Aggies la temporada siguiente.

Esto es para tí, Papá

Siakam decidió vivir la noche del Draft en un restaurante en Orlando, donde había realizado el último entrenamiento con los Magic. Ahí estaban sus hermanos, algunos amigos y su agente. Nadie sabía donde caería en el Draft, si al final de la primera ronda, mitad de la segunda o si, directamente, pasaría desapercibido para las franquicias NBA. Durante el transcurso de la ceremonia, cuando Adam Silver decía el nombre de Furkan Korkmaz con destino a Philadelphia, Siakam vio que su agente intentaba hacer un gesto disimulado a sus hermanos; su momento estaba a punto de llegar. Con la 27º elección del Draft de 2016, los Raptors elegían a Pascal Siakam, un pick por encima de Skal Labissiere, que terminaría en Sacramento.

Lo había conseguido. Él, Pascal Siakam, estaba en la NBA. “Mi padre estaría tan feliz”, pensó, “me encantaría ver su reacción en este momento”. En el restaurante todo fueron gritos y lágrimas. Christian, uno de sus hermanos mayores, decidió inmediatamente que se mudaría con él a Toronto. Hasta la llegada de Pascal a Texas, él y Christian no se habían visto en casi una década pero ambos eran inseparables. El 26 de octubre de 2016, Siakam se convirtió en el primer rookie de los Raptors en salir como titular en la opening night desde que Jonas Valanciunas (5º pick del Draft) lo hiciera en 2012. Durante 34 partidos mantuvo el puesto de titular y cuando lo perdió, una sensación de frustración y deja vu la invadió por dentro.

El Actual Campeón y Jugador que más a mejorado Siakam El Futuro de Toronto que le esperan con los brazos abiertos y con la confianza de que Siakam es aún un diamante por pulir. Su talento y sus aptitudes dependen de su trabajo y esfuerzo y con Pascal, esto nunca ha sido un problema. Pascal Siakam juega por él y por su padre, por el sueño de ambos. Cada vez que se encuentra un obstáculo o ante una adversidad, su solución es la más simple: “Seguir trabajando para demostrar lo contrario”. Ahora, cada vez que sale a pista, Pascal se nota el número #43 de su camiseta; 4 por sus tres hermanos y su padre y 3 por sus dos hermanas y su madre.