Desde el momento en que Paul George y Russell Westbrook abandonaron este verano la disciplina de Oklahoma City Thunder, la franquicia inició una fuerte reconstrucción para poder volver a tener un equipo que en un futuro pelee por el anillo de la NBA.
Sin embargo, OKC no podrá comenzar del todo la reestructuración si primero no se deshace de dos de sus jugadores: Chris Paul y Steven Adams. Ambos poseen un salario muy elevado para estar en un equipo que no pretende entrar a playoffs. Además, el de CP3 es uno de los más altos de toda la liga.
Pese a que lo han intentado este verano, sobre todo con Miami Heat, la salida de Chris Paul va a ser muy difícil de llevarse a cabo por lo mencionado de su sueldo y su avanzada edad. Es por eso que ahora se han centrado en buscarle un nuevo destino a Adams.
El pívot neozelandés, en la que será su séptima temporada como jugador de OKC y de la NBA, cobrará aproximadamente 26 millones de dólares. Deshacerse de todo ese dinero y conseguir hueco para un futuro sería un movimiento muy positivo para los Thunder.
Pero tampoco hay que tratar a Steven Adams como un problema. Objetivamente es uno de los pívots con más talento de la liga. Su dominio en la zona lo poseen muy pocos jugadores en el mundo. Cualquier franquicia que busque una segunda o incluso tercera espada puede salir muy reforzada con su fichaje.
La otra posibilidad es que Oklahoma se quede con Adams y espere a que termine su actual contrato, al que le quedan dos años de duración. Eso sí, sería alargar bastante tiempo la reconstrucción del equipo.