Ningún secreto es ya que el baloncesto NBA viene como anillo al dedo a Giannis Antetokounmpo; más si lo comparamos con su reciente incursión por el Mundial FIBA 2019, donde pudo considerarse uno de los sinsabores del certamen.
Menos espacios, cancha más reducida, defensas más cerradas y pegajosas, inexistencia de la regla de los tres segundos en la zona restringida, debajo de canasta… El Mundial resultó ser un pequeño Vietnam para Antetokounmpo y sus destrezas. Que sí, que destacó y dejó algunos episodios rescatables para la moviola, pero no rindió en la cumbre donde debe hacerlo un MVP de la NBA.
Esta misma teoría tampoco es secreto para el propio protagonista, para Giannis, que admite que durante los partidos del Mundial 2019 se sintió ciertamente atrapado, como “prisionero” en una jaula.
“Jugar en el baloncesto FIBA fue como estar prisionero”, pudo declarar recientemente Giannis Antetoounmpo y pudo hacerse eco el portal Eurohooops. “Ahora he salido de la jaula, de la celda, ahora vuelo a ser libre”, podía añadir el jugador de los Milwaukee Bucks, uno de los candidatos a ser MVP en esta temporada entrante.
Ahora el griego ha regresado a la NBA, en la pretemporada, y por tanto sus fortalezas han vuelto a multiplicarse.
Giannis es una mala bestia, una a la que en la NBA da para ser MVP y en un Mundial queda en 14.8 puntos y en la undécima posición del torneo. La diferencia es astral.
Mientras sanan las heridas del Mundial, en pretemporada Antetokounmpo ya ha vuelto a dejar claro que piensa seguir aplastando a todos. Abusará todo lo que pueda y más, como hizo la pasada temporada, la de su primer MVP.