El paso de los años ha demostrado que posiblemente Joel Embiid fuera el mejor jugador del Draft de la NBA en 2014, aquel que además de al pívot camerunés contaba con ‘El Mesías’ Andrew Wiggins y con un Jabari Parker que también apuntaba alto antes de ser cruelmente machacado por las lesiones. A pesar de ser tres jugadores con talento contrastado en la Universidad, todo parecía indicar que Embiid estaba por encima y que sería reclutado por los Cleveland Cavaliers en el primer puesto de aquel Draft.
Yaron Weitzman, periodista del portal Bleacher Report, desveló la historia de lo que realmente sucedió en aquel Draft: por qué el pívot africano no fue número uno y su fichaje frustrado por Los Ángeles Lakers.
Los Cavs, inmersos en su depresión ‘post LeBron James’, despidieron a su mánager general (Chris Grant) y a su entrenador (Mike Brown) para dar las riendas de la franquicia a David Griffin, quien se encargaría de tomar la decisión del Draft. El nuevo gerente quiso contratar a Bill Self, entonces entrenador de la Universidad de Kansas, para el banquillo. Y aunque el técnico rechazó la propuesta sí que dio un consejo sobre uno de sus pupilos en la NCAA: Joel Embiid. Mientras que Wiggins tenía potencial de All Star, el pívot camerunés eran palabras mayores, se trataba del tipo de jugador que aparece una vez por generación capaz de cambiar una franquicia.
El día que Embiid fue a probar en un entrenamiento con los Cavs los dejó alucinando a todos. Primero mostrando sus habilidades al poste bajo ante la defensa de Vitaly Potapenko, ex jugador del Estudiantes y entonces componente del cuerpo técnico de los Cavaliers, y después dio toda una exhibición de tiro mientras se vendía a David Griffin: “¿Cómo podrías no elegirme en el número uno? Mira lo bueno que soy. ¡Me necesitas, Griff! ¡Tienes que reclutarme!”, fueron los mensajes de Embiid mientras anotaba hasta siete triples consecutivos.
En ese momento en Cleveland lo tenían claro, no había rastro de su lesión en la espalda y lo veían como “la nueva versión de Hakeem Olajuwon”. Pero entonces todo se torció. Una mañana, Joel Embiid se levantó con el pie dolorido tras un contacto con Bismack Biyombo en un entrenamiento con los Hornets y lo que en principio parecía una lesión leve se convirtió en un infierno: fractura por estrés en su pie derecho, un calvario que le tendría sus dos primeros años en la NBA en blanco.
Por tanto, los Cavaliers le descartaron y fue cuando los Philadelphia 76ers le empezaron a echar el ojo una vez conocido que los Milwaukee Bucks ya se habían decidido por Jabari Parker. El equipo de Wisconsin no resultaba una opción atractiva para el camerunés, que en caso de no ir a Cleveland prefería caer hasta el séptimo puesto, donde aparecían Los Ángeles Lakers. “Haz tu trabajo”, le dijo a Arn Tellem, uno de sus representantes. Sin emabrgo, el agente sabía que era imposible que Embiid cayera tanto en el Draft y le ofreció a unos Sixers que finalmente se quedaron con el premio gordo.