Con un solo tweet, Markieff Morris encendió una de las peleas de más polémicas de la NBA.
El delantero de los Heat ha estado fuera desde principios de noviembre después de recibir un empujón del centro de los Nuggets, Nikola Jokic, condujo a un golpe de hombro con toda su fuerza del MVP. El incidente le costó a Jokic una suspensión de un juego, pero las repercusiones para Morris, quien también fue multado, fueron mucho más graves.
Morris no ha jugado un minuto desde ese partido. Su diagnóstico oficial es latigazo cervical, debido a cómo su cabeza se disparó hacia atrás cuando Jokic golpeó su cuerpo. Todavía parece molesto por todo el asunto, especialmente porque algunos aparentemente lo dudaban como una “lesión real”.
Desde el primer empujón, hubo resentimientos entre ambos. Jokic, a quien debemos señalar que pesa solo 284 libras, fue el villano obvio, aunque muchos señalaron a Morris como el que empezó debido a cómo hizo el contacto inicia. Sin embargo, eso difícilmente excusó una agresión con la cabeza de Morris girada, especialmente cuando esa agresión causó una lesión grave.
Afortunadamente, Morris indica que está a punto de regresar. Su tiempo de regreso ha sido vago en el mejor de los casos, por lo Miami, escaso de personal probablemente aprovechará cualquier desarrollo positivo que pueda obtener.