Pocos esperaban que Jaden Ivey terminara recalando en Detroit Pistons, una franquicia que tiene un futuro próximo realmente ilusionante. Después de obtener el pick 1 el pasado año, lo que les valió para incorporar a Cade Cunningham, ahora se llevan un proyecto de jugador realmente interesante y que muchos ojeadores señalan como uno de los hombres con más capacidad de progresión. Rebosa potencial por los cuatro costados, y aunque tiene puntos débiles notables, el poderío atlético y habilidad innata para entrar a canasta hacen de él un jugador temible. Su gran punto débil y más difícil de solventar es la gestión del balón y dirección de juego, algo en lo que delegará en Cunningham, centrándose él en abrir la defensa con su amenaza desde muchas posiciones.
Un paralelismo claro que se puede hacer respecto a él es Ja Morant, un hombre cuyo lanzamiento no es del todo natural, pero que ya mejoró en los últimos tiempos en la NCAA y posiblemente, dé otro salto de calidad en su debut en la NBA. Consumado escolta con capacidad evidente para generarse sus propios puntos, Ivey encontrará un ecosistema ideal en LaMotown, pudiendo olvidarse de la dirección y aprovechando los espacios creados por Cunningham, a la vez que él también juega uno contra uno. Los Pistons serán un equipo temible en transición y si son capaces de defender con eficacia y correr, será imposible frenar a esta pareja.
Ivey tiene margen para ser un gran defensor
Jaden Ivey parece preparado para tener un impacto inmediato, por mucho margen de mejora que ostente. Dependerá mucho de su sacrificio y capacidad de mejoría en defensa, hasta dónde puede llegar su estatus como jugador en la liga. El poderío físico que ostenta hace que se piense en él como un potencial defensor de primer nivel, pero es bastante inconsistente todavía y sufre despistes. Los técnicos de los Pistons habrán de trabajar de forma concienzuda para elevar a un estatus superior su carrera y hacer que Detroit Pistons opte a la gloria a medio plazo.