A medida que dos de los jugadores de mayor audiencia, LeBron James y Kevin Durant, se acercan a la etapa final de sus respectivas carreras, la NBA seguramente buscará a algunas estrellas jóvenes prometedoras para que se conviertan en sus nuevos embajadores.
Cuando se le preguntó si podía tomar el timón de la liga después del reinado de James y Durant, Anthony Edwards solo puede encogerse de hombros con una confianza altísima hacia sus intangibles.
“Oh, sí, 100 por ciento. Por supuesto. Quiero decir que viene con el tiempo y viene con trabajo y dedicación. Siento que obtuve las tres cosas y siento que me va a llevar a la cima”.
Actualmente a sus 20 años de edad, no hay duda de que el potencial de Edwards está por las nubes.
En solo su segundo año con los Minnesota Timberwolves, ya logró un promedio de 21.3 puntos, 4.8 tableros y 3.8 asistencias y 44 por ciento de eficiencia, saltando hacia la mejora en todos estos números dados desde su año de novato.
Al cambiar por Rudy Gobert, los T-Wolves están listos para la contienda. Pero la sostenibilidad de su inmenso poder literalmente dependería del progreso y el talento de todos los tiempos de Edwards.