El retorno de Ricky Rubio está más cerca que nunca. Los últimos rumores le situaban en cancha en 2023, algo para lo que cada vez queda menos, y pronto le podremos ver de nuevo en la NBA para estar con su equipo, los Cavaliers. El español, que lleva prácticamente un año alejado de las canchas por una grave lesión de la rodilla.
El base de Cleveland ha repasado algunos momentos clave de su carrera profesional y de cómo ha afrontado la lesión, además de profundizar en sus miedos, sensaciones, expectativas de futuro y, especialmente, su regreso.
Ricky Rubio sufrió una rotura en el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda en pleno partido frente a los Pelicans, que lo ha llevado a estar ya once meses alejado de las pistas. La lesión le ha hecho revivir uno de los peores capítulos de su carrera, cuando en 2012 tuvo que afrontar la misma lesión. En un pódcast, el español no sólo habla de la lesión, también repasa su carrera profesional.
“Me acuerdo de un día, cuando llegué a El Masnou a las dos semanas de operarme, estaba con muletas y no sabía bajar las escaleras de mi casa. Eran las 5 de la mañana, con el ‘jet lag’ y empecé a llorar. Entonces ella (esposa) me abrazó y con eso fue suficiente, supe que iba a ser duro pero que la iba a tener al lado. Y eso me ha ayudado muchísimo en momentos duros”.
Ricky, hablando sobre su carrera y dónde ha llegado, ha comentado el papel que han jugado en su vida los entrenadores: “Con el paso de los años te das cuenta de la importancia de la figura del entrenador. Cuando empiezas a jugar piensas que el entrenador no es tan importante. Mirando atrás en mi carrera, al final el jugador es tan bueno como la confianza que tiene el entrenador en él”.
Rubio ha mostrado su ilusión por volver a la cancha y la confianza de que volverá mejor que nunca: “Esta lesión ha sido una montaña rusa, con muchas emociones en mi mente, desde ganas, emoción, miedo, intriga… Pero la que sobresale más es la ilusión”.